Foto de Abel Valdenebro
En la antigüedad tu oficio, uno solo, te venía dado por tradición familiar. Maestro fresador, taxidermista, deshollinador, etc.
Hoy día puede que tu trabajo venga influenciado por cierta tradición familiar pero además el castigo de ser pluriempleado es habitual.
En el caso de Alberto Orte lo de castigo no aplica porque está encantado de compaginar su labor de enólogo con la de exportador de vino desde su compañía Vinos del Atlántico, que elabora vinos en varias D.O de la península ibérica.
Su sello característico es el respeto de zonas y de variedades olvidadas. Tintilla, Vijiriego, Perruno, Garrido o Mantúo, que aunque suenen a gente con antecedentes penales, son algunas de las variedades de uva que está ayudando a mantener y recuperar, y con las que hace vinos de calidad.
Si no se merece Alberto estar entre los innobles, que venga Dios y lo vea.
1.- ¿Qué bebes siempre? o ¿qué tienes siempre en tu vinoteca particular que no falta, porque no falla?
Todos los vinos de Jerez en todos sus estilos, sobre todo en los estilos de manzanilla, fino, amontillado, palo cortado y oloroso.
2.- ¿Qué no bebes nunca? o ¿qué no consigues que te guste?
En todas las zonas de España y muchas del mundo hay vinos interesantes, según la ocasión, el momento y la comida que lo acompañe. Los vinos con los que no disfruto son, en general todos los vinos que no están enfocados a dar disfrute y placer, y también los vinos que son meramente ejercicios intelectuales o simple novedad. El vino se bebe con la boca y no con el cerebro.
3.- ¿Cómo empezaste a beber vino?. ¿Te acuerdas de la marca y cuándo fue?
Mi primer contacto con el vino fue a los 14 años en mi primera vendimia, y desde entonces he estado en continuo contacto con el vino.
4.- ¿Qué le falta al sector del vino?, ¿en qué falla?
El vino español tiene todos los ingredientes para triunfar, pero le falta cierta profesionalidad y más unión entre los distintos agentes que forman el mundo del vino: productores, comerciantes, denominaciones de origen y regiones, con el fin de alcanzar objetivos comunes y tener una imagen de marca de España, región y bodega.
5.- ¿Qué le sobra al mundo del vino?
Al mundo del vino, le sobra lenguaje difícil que no entiende el consumidor y falta de transparencia y veracidad. Se necesita más trabajo real y menos historias fantasiosas.
6.- Una bodega que jamás te defrauda, tu icono de bodega.
La bodega icónica del mercado español y también para mí es Vega Sicilia que aúna el clasicismo, el envejecimiento en bodega, la complejidad, la consistencia y el equilibrio.
7.- Una zona vinícola.
La zona vinícola por excelencia y única en el mundo es Jerez, que, además, es la denominación más antigua de España y una de las más antiguas del mundo. Jerez es especial porque rompe con las ideas preconcebidas acerca del mundo del vino y cuando lo conoces, descubres una nueva dimensión tanto a nivel gustativo como de maridaje. Es un gran potenciador de sabor de la comida que acompaña. Rompe los esquemas y te lleva a otro nivel.
Es un vino del que se habla mucho, pero por desgracia se consume poco.
8.- Un restaurante o bar de vinos que te dé todo lo que necesitas.
Sin ánimo de ser pelota con uno de los promotores de esta revista, la taberna Der Guerrita. Por cercanía, por tener una gran diversidad de vinos de la zona, por sus catas y eventos.
9.- Dónde sueles comprar vinos.
Suelo comprar en distintos sitios, tanto en bodegas, como en tiendas online especializadas, como a comerciantes de vinos extranjeros.
10.- Una persona concreta con la que te guste especialmente beber vinos.
La persona con la que más disfruto bebiendo vino es con mi socio Patrick Mata, con quien llevo más de 20 años trabajando, y unos cuantos años más de amistad, compartiendo aventuras y disfrutando del vino.